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El filósofo francés Montesquieu nació el 18 de enero de 1689.

Montesquieu (1689-1757) fue un filósofo francés que desempeñó un papel fundamental en el inicio del movimiento de la Ilustración en Europa con sus influyentes obras. Sus conceptos sobre la separación de poderes tuvieron un profundo impacto en los estudiosos de la Ilustración y dejaron una huella duradera en las 13 colonias que acabaron formando los Estados Unidos de América.

Vida temprana

Charles-Louis de Secondat, barón de la Brède, hoy conocido comúnmente como Montesquieu, nació en el seno de una familia aristocrática cerca de Burdeos, Francia, el 18 de enero de 1689. Educado inicialmente por los Oratorianos en el Collége de Juilly, cursó estudios jurídicos en la Universidad de Burdeos. Al término de sus estudios, en 1708, emprendió la carrera jurídica, ejerciendo en el Parlamento de Burdeos y llegando a ser juez en 1714. Dos años más tarde, adquiere la baronía de Montesquieu y el cargo de Presidente de Mortier en el Parlamento de Burdeos. Sin embargo, en 1725, a la edad de 36 años, optó por retirarse de su carrera jurídica, vendiendo el título heredado.

En 1721 publicó su influyente obra «Lettres Persanes» (Cartas Persas), que marcó el inicio de las aportaciones de Montesquieu al pensamiento de la Ilustración. Publicada anónimamente en los Países Bajos, la obra criticaba sutilmente el carácter autoritario de los monarcas absolutos y proponía que la razón, y no la fe, rigiera la conducta moral. El filósofo abogó por la tolerancia religiosa, haciendo hincapié en la importancia de observar las normas sociales y los deberes humanitarios. El libro se convirtió en un éxito de ventas, experimentando múltiples reimpresiones en nuevas ediciones.

Reputación como intelectual

Durante la década de 1720, Montesquieu asistía con frecuencia a los famosos salones de Madame Lambert y Madame Tencin en París, donde las personas adineradas o de gran capacidad intelectual participaban en debates, se enteraban de los últimos avances intelectuales e intercambiaban ideas. Montesquieu se dedicó inicialmente a la historia natural y a la física, pero sus intereses académicos evolucionaron hacia la filosofía política. Su reputación intelectual se consolidó en 1727, cuando fue elegido miembro de la prestigiosa Academia Francesa.

Entre 1728 y 1731, Montesquieu viajó a Alemania, Austria, Italia, los Países Bajos e Inglaterra. Establecido en 1731, se centró en conceptualizar el sistema político ideal, profundizando en el estudio de los sistemas políticos históricos. Sus reflexiones sobre la antigua Roma dieron lugar a la publicación de «Considérations sur les causes de la grandeur des Romains et de leur décadence» (Consideraciones sobre las causas de la grandeza y la decadencia de los romanos) en 1734.

La culminación de las ideas políticas de Montesquieu surgió en «De L’Esprit des lois» (El espíritu de las leyes), publicado en 1748 en Suiza. En este libro fundó la ciencia política y se erigió en figura clave de la Ilustración. Inspirado por la Revolución Científica, buscó principios universales, aplicando la razón y la «ciencia» para desarrollar un sistema político ideal. Un tema central fue la separación de poderes, subrayando la importancia de evitar la concentración de poder en una sola rama para salvaguardar las libertades individuales.

Las ideas de Montesquieu sobre la separación de poderes reflejaban los tumultuosos tiempos que corrían en Francia. Centrado en la preservación de la clase aristocrática, amenazada por una monarquía autoritaria y una población plebeya insumisa, abogó por una colaboración entre la monarquía y la aristocracia y rechazó el cambio revolucionario, abogando por una cuidadosa manipulación del sistema político existente. A pesar de las críticas de la Iglesia y los conservadores, la obra de Montesquieu fue aclamada por los pensadores ilustrados y alcanzó una gran popularidad.

Además, los principios de Montesquieu sobre el carácter indispensable de la libertad, la división de poderes, la preferencia de los gobiernos por permitir en lugar de dictar y la noción de las repúblicas unidas en una unión federal para lograr una fuerza colectiva influyeron significativamente en los líderes de las Trece Colonias de Norteamérica. En este sentido, los colonos extrajeron y adoptaron pasajes clave de «El espíritu de las leyes», sobre todo en relación con el rey Jorge III de Gran Bretaña.

Muerte y legado

Montesquieu falleció en París el 10 de febrero de 1755. Según un jesuita irlandés, se convirtió al catolicismo en su lecho de muerte, un cambio notable si se tiene en cuenta que en vida Montesquieu se identificó como deísta.

A pesar de sus opiniones políticas relativamente moderadas, las obras del filósofo gozaron de gran popularidad durante el siglo XVIII. Sus ideas calaron entre los revolucionarios de Francia y Estados Unidos, y despertaron el interés de los gobernantes. Catalina la Grande, por ejemplo, incorporó muchos de los conceptos de Montesquieu de «El espíritu de las leyes» a un nuevo código legislativo redactado por la Comisión Legislativa en 1767.

El legado perdurable de Montesquieu reside en sus influyentes ideas sobre la separación de poderes, que inspiran a quienes abogan por un gobierno más justo. Sus principios siguen dando forma a los sistemas políticos contemporáneos que hacen hincapié en la limitación del poder de uno de los poderes a través de mecanismos como los parlamentos descentralizados. Montesquieu es una figura clave de la Ilustración francesa, que forma parte esencial del cuarteto de filósofos junto a Voltaire, Rousseau y Diderot, y ha influido en los planes de estudios de filosofía política de todo el mundo.

Autora: Beatriz Camino Rodríguez