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La Batalla de Maipú se libró cerca de Santiago de Chile entre rebeldes sudamericanos y realistas españoles durante la Guerra de la Independencia de Chile. Los rebeldes liderados por José de San Martín derrotaron a las fuerzas españolas y lograron la independencia del núcleo de Chile.

Antecedentes

La Guerra de Independencia chilena se desarrolló en el contexto de las Guerras de Independencia hispanoamericanas. Este proceso se inició tras la formación de juntas de autogobierno en las colonias hispanoamericanas como consecuencia de la captura del rey Fernando VII de España por el ejército napoleónico en 1808. En ausencia del monarca, los chilenos decidieron que los líderes criollos de Santiago gobernarían la colonia hasta que éste fuera restituido. Para ello, el 18 de septiembre de 1810 se creó la Primera Junta de Gobierno de Chile (1810). Con el tiempo, esto provocó un conflicto entre los patriotas, que buscaban la independencia total del Imperio español, y los realistas, leales a él.

El conflicto se intensificó rápidamente y los realistas lanzaron una serie de campañas militares para recuperar el control del país. Después de varios años, las fuerzas españolas consiguieron ganar un terreno importante en Chile y tenían un bastión en Santiago. Sin embargo, en 1817, las fuerzas independentistas chilenas, dirigidas por el general Bernardo O’Higgins y el general argentino José de San Martín, lanzaron una nueva campaña para derrocar a las fuerzas españolas. Los patriotas contaban con el apoyo de la recién creada República Argentina, que acababa de independizarse de España.

San Martín condujo al ejército a través de los Andes y capturó Santiago. Sin embargo, fue derrotado por el ejército español, comandado por el general Mariano Osorio, en la Segunda Batalla de Cancha Rayada. Aún así, San Martín se mantuvo fiel a su objetivo de lograr la independencia y al año siguiente lanzó una ofensiva final, que decidiría el resultado de la guerra.

La batalla

El 5 de abril de 1818, ambos ejércitos lucharon en los llanos de Maipú, situados cerca de Santiago. El ejército español se había situado en una colina que dominaba el campo de batalla, lo que le daba una ventaja táctica. En el otro bando, el ejército chileno estaba comandado por O’Higgins para cavar trincheras. Así, cuando los españoles atacaron se encontraron con una fuerte resistencia por parte de las tropas chilenas, que estaban bien atrincheradas y contaban con la ventaja de la sorpresa. Además, también contaban con una caballería superior, que pudo flanquear a los españoles y atacarles por la retaguardia.

La batalla fue encarnizada y duró varias horas, pero al final el ejército chileno salió victorioso. Los españoles sufrieron grandes pérdidas, con más de 2.000 soldados muertos, heridos o capturados. El ejército chileno, por su parte, sólo perdió unos 1.000 hombres.

Una vez finalizada la batalla, O’Higgins, convaleciente de una gran herida entró en el campo de batalla y, emocionado por la victoria, abrazó a San Martín y dijo «¡Gloria al salvador de Chile!» en una escena que dio lugar a una escena histórica conocida como El abrazo de Maipú.

Consecuencias

La Batalla de Maipú fue una victoria decisiva para el ejército chileno y un punto de inflexión en la Guerra de Independencia de Chile. Dañó irreparablemente la moral de los realistas en la América española y llegó a considerarse el precursor de futuras victorias patriotas en campañas posteriores. En este sentido, aseguró la independencia y ayudó a sentar las bases para la eventual liberación de otras naciones sudamericanas.

Además, la Batalla de Maipú se considera un ejemplo de estrategia y táctica por el uso de movimientos previos y posteriores a la batalla, el excelente uso de las armas y el empleo de la reserva para atacar al enemigo en su punto más débil. La propia batalla se compara en sus consecuencias con los triunfos patriotas de Boyacá en Colombia y Ayacucho en Perú. Si Maipú hubiera terminado de otra manera, habría imposibilitado los otros dos y, además, Chile no se habría independizado y el movimiento patriota se habría limitado a Argentina.

Autora: Beatriz Camino Rodríguez