Sicilia fue anexionada a la República Romana a finales del siglo III a.C. A lo largo de estas luchas y, ya desde siglos anteriores, el reclutamiento de mercenarios para engrosar las filas del ejército es señalado de forma constante en las narraciones de las fuentes clásicas. En Sicilia, durante la Segunda Guerra Púnica la participación de los mercenarios se había difundido ampliamente y, en este caso, su reclutamiento se utilizó eminentemente en la defensa de sus ciudades contra la amenaza del poder romano. 


Subasta 159. Lote 277.
https://www.jesusvico.com/es/lote/I159-2121-2121/277-388-acunaciones-con-leyenda-hispanorvm-s-iii-ac-1a-emision-a-cabeza-de-atenea-a-izq-encima-n-y-detras-c

Siracusa fue la última de las ciudades en caer bajo su dominio, su derrota no fue fácil. De hecho, Roma hubo de servirse de la indigna artimaña de la traición para lograrlo, y es en ese punto donde entran en escena un grupo de mercenarios hispanos liderados por el general Moericus. Habían sido encargados del frente de defensa de su importante puerto, pero una vez que percibieron la imposibilidad de la victoria siracusana, decidieron pactar en secreto con el ejército agresor liderado por el cónsul Marco Claudio Marcelo, para lograr una salida airosa. Así fue como se materializó la victoria romana sobre Siracusa, con la incursión de sus tropas por e puerto apenas defendido por los mercenarios hispanos. 


Subasta 159. Lote 278.
https://www.jesusvico.com/es/lote/I159-2121-2121/278-388-acunaciones-con-leyenda-hispanorvm-s-iii-ac-3a-emision-a-cabeza-masculina-laureada-a-der-r-jinete-l

Tras la toma de Siracusa, la República Romana en gratitud a la acción, les cedió el control de la cercana ciudad de Morgantina (Murgentia), en el interior de la isla. Con ello, no solamente obtuvieron un buen botín representado en el reparto de estas tierras, sino que como gobernadores de la ciudad adquirieron otras potestades como la de acuñar sus propias monedas de bronce. En esta época, la pieza de bronce representaba la moneda de menor valor, la que prácticamente solo circulaba en el interior de las ciudades o en áreas adyacentes, ya que era la que la población utilizaba en sus transacciones diarias. Por este motivo, la potestad de acuñar monedas sólo se refería a estas emisiones de bronce o bajo valor. 

Por tanto, es gracias al estudio de éstas monedas como podemos recuperar información relevante de los elementos de poder locales, sometidos a la autoridad común, que ya por entonces constituía la República Romana. La serie Hispanorum, conocida así por la incorporación en la leyenda del gentilicio: HISPANORVM, representa la última de las acuñaciones de la ciudad, con nueve emisiones de tipos nuevos y una metrología romana uncial (quadrans: 6,82 g.; sextans: 4,55 g. y uncia: 2,27 g.), cuyo uso se extendió hasta finales del siglo I a.C. 




Subasta Extraordinaria Archer M. Huntington (HSA). Lote 170.

En general, no son monedas que destaquen por su gran calidad artística. Su enorme interés y rareza radica en la convergencia del origen siciliano de la acuñación y el gentilicio de su leyenda, un elemento que impregna de gran carisma a estas piezas, pues es la primera alusión escrita en la historia a Hispania y su población. En definitiva, lo que la leyenda HISPANORVM demuestra es que, aún lejos en tiempo de la formación de un Estado o ente público que pudiera reconocerse con el nombre de Hispania, estos mercenarios sí lo interpretaban como el nombre de la patria común a todos ellos. 

En nuestra próxima subasta 159, que tendrá lugar el próximo 20 de julio, saldrán a subasta 3 ejemplares de estas interesantes y escasas piezas. 



Ana Vico Belmonte