FERNANDO VI

La ceca de Guatemala, siempre muy dependiente de la de México, fue la única que acuñó a martillo onzas de busto, peluconas, durante el reinado de Felipe V, en principio copiadas de las mexicanas a volante (1733-1746). De hecho, los troqueles para el trabajo fueron abiertos en México en 1732 por el grabador Francisco Monllor, con características especiales para ser usados en la acuñación a martillo, con trazos más profundos y menos sutiles, y se siguieron reparando y usando durante casi 20 años. En la documentación de la época estas piezas se denominan moneda macaca o simplemente macacos, que son únicos en su clase y con características especiales que los hacen fácilmente distinguibles de todas las demás piezas producidas, antes o después de ellos. En primer lugar, tienen un cospel más pequeño del oficial, pero que fue formalmente autorizado debido precisamente a su modo de acuñación, ya que así se podía aumentar la presión del golpe del martillo, pero esto también conlleva que los cuños se estamparan de forma parcial al ser mayores que el cospel, por lo cual algunos detalles se pierden. Su apariencia es bastante tosca, incluso en ocasiones se aprecian varios golpes de martillo en cada pieza, dos o incluso tres, en especial en las de mayor tamaño, y se intenta que el cospel sea lo más redondo posible, que lleva además un cordoncillo crudo (estriado simple). Tras la llegada al trono de Fernando VI se ordenó por Real Cédula de 14 de mayo de 1751 que en la Ceca de Guatemala se acuñara a volante, ya que sus monedas se prestaban más al fraude por cercenamiento y eran más fácilmente falsificables. Ahora bien, por la falta del equipo adecuado, no fue hasta mediados de 1754 cuando se acuñaron en esta ceca las primeras monedas redondas, con el cordoncillo reglamentario y a volante. Por ello todavía encontramos unas onzas a martillo acuñadas en Guatemala antes de llegar esta orden, en 1747 y 1750, y con posterioridad a ella, en 1751 y 1752, todas ellas mantenían el retrato del anterior monarca, Felipe V, pero con el nombre abreviado del nuevo (FERD. VI), lo que hace que todas estas Onzas sean muy raras, cuando no únicas, y apreciadas, por ser las últimas onzas macuquinas de busto. El ensayador de todas estas piezas de Guatemala fue José León de Sosa (J).