FERNANDO VI

Los tres retratos de las onzas de Madrid. La ceca de Madrid, capital de la Monarquía, no pasaba por sus mejores momentos en los reinados de los primeros Borbones debido a problemas estructurales y de instalación. La reforma de 1728 introduce el retrato en la moneda de oro, pero en Madrid apenas se acuñan Onzas con el nuevo tipo (1728, 1729, 1730), que pronto recibieron el nombre de peluconas, por llevar el monarca una gran peluca. La llegada al trono de Fernando VI no mejoró el panorama y sólo en tres años se acuñaron Onzas en Madrid (1747, 1749 y 1750), y con la extrema particularidad de que en cada emisión cambió el retrato del rey. En 1747 la Onza lleva el llamado primer retrato monetario del rey, obra de Diego Cosá, grabador principal de la Casa de la Moneda de Madrid, donde además se cambia el lema latino del reverso por el NOMINA MAGNA SEQUOR, y en la heráldica la Cruz de la orden francesa del Espíritu Santo pasa ahora a colocarse bajo el vellocino del Collar del Toisón de Oro. La escasísima emisión de 1747, que tiene el canto rosetado, es extremadamente rara y tiene la particularidad de llevar una sola sigla de ensayador, la J de José Tramullas y Ferrer. No conocemos el motivo, pero por alguna razón se ordenó hacer un segundo retrato monetario del rey. Y esta vez el diseño del mismo quedó en manos del conquense Francisco Sáez, criado personal de la reina Bárbara de Braganza, que no pertenecía al personal de la Casa de la Moneda, de hecho era un artista platero que había servido a la reina Isabel de Farnesio desde 1738 como platero de joyas y luego como platero real, siendo luego ascendido al cargo de criado personal, y la nueva reina decidió que fuera él el encargado de diseñar el nuevo retrato de Fernando VI, que terminó siendo bastante parecido al primero, pero mucho más complejo y barroco. Todo el proyecto causó bastante revuelo, ya que la tarea de realizar los retratos monetarios estaba reservada al tallador general de la Casa de la Moneda de Madrid, cargo que en esos momentos acaba de ocupar Tomás Francisco Prieto (1748). De este modo el diseño es de Francisco Sáez, pero quien abrirá los cuños será Prieto, mostrando las especificidades del mismo, en especial las hombreras de cuero y la ampliación del pecho del monarca que muestra manto, la insignia del Toisón de Oro y la banda de la orden del Espíritu Santo. Este segundo retrato aparece de forma exclusiva en las Onzas madrileñas de 1749 y por su historia es muy apreciado. La historia del segundo retrato monetario de Fernando VI es la más breve de todos los que conocemos, ya que de forma inmediata se empezó a preparar un nuevo modelo, que sería el tercer retrato monetario. Esta vez se siguió la norma y la tradición y el encargado del diseño fue el tallador general, Tomás Francisco Prieto, que se limitó a simplificar el del año anterior, el rey vuelve a llevar armadura completa, abandonando las hombreras de cuero y se reduce considerablemente el volumen del pecho del monarca, donde aparecen los mismos símbolos que en los anteriores. En Madrid sólo se usó en las piezas de 1750, por lo que es también muy raro. En estas dos últimas emisiones ya aparecen en las Onzas las dos siglas de ensayador (JB, José Tramullas y Bernardo Muñoz de Amador). En Madrid no hubo más acuñaciones de Onzas durante el resto del reinado, por tanto hubo únicamente tres emisiones y cada una con un retrato distinto, por lo que disponer de un ejemplar de cada una de ellas es sin duda harto complicado.