Los 50 reales o reales de a 50, fueron acuñados entre los años 1609 y 1682 en el Real Ingenio de Segovia, la única ceca que pertenecía exclusivamente a la Corona. Tenían un valor de 50 reales de plata y sus, aproximadamente, 76 mm de diámetro y 171,5 gramos de metal argénteo les conferían unas características muy particulares para su uso como moneda, por lo que su circulación fue prácticamente inexistente. 

Conocidos mundialmente como "Cincuentines", estas enormes monedas se concibieron inicialmente como obsequios de Estado y de ostentación. Su acuñación no estaba registrada en la legislación monetaria, la cual no abarcaba piezas superiores a los reales y escudos de a 8, por lo que para acuñarlas se requería de una licencia expresa de la Corona, indicando la cantidad de metal que se autorizaba a amonedar.


Lote 1004. Subasta 50 Aniversario. 14 de abril de 2021.

Sin embargo, nos llama la atención que el diseño de su tipología siga, consecuentemente, las normas de la Pragmática de la Nueva Estampa (1566), mostrando una única diferencia en el signo de valor, el cual no aparece con numeración romana, como era habitual, sino arábiga. El resto de la moneda mantiene los tipos comunes. En su anverso: el gran escudo de la Monarquía Hispánica incluyendo a Portugal, la fecha y el nombre del rey con numeral. En el reverso: se aprecia el clásico cuartelado de Castilla y León.

En muchos casos, estas emisiones se justifican como testigos solemnes de eventos parala Monarquía, en especial la visita de personalidades extranjeras. Sin embargo, su gran tamaño y peso también sirvió para acuñar grandes cantidades de metal a muchos nobles, altos cargos de la corte y mercaderes, que recibieron licencias de acuñación ante el interés en amonedar su plata en estos altos valores. De hecho, es sabido que los oficiales del Real Ingenio aprovecharon la concesión de licencias para su acuñación, como una forma de atraer grandes cantidades de metales de los mercaderes de Sevilla y así garantizar su empleo mediante la buna provisión de metales en bruto a la fábrica.


Lote 1037. Subasta 50 Aniversario. 14 de abril de 2021.

Puede resultar curioso que unas monedas tan grandes como los cincuentines y los centenes se hayan acuñado en el siglo XVII, el cuál es considerado como un siglo de crisis para la Corona Hispánica. Todo ello, en realidad responde a una estrategia de comunicación con la que se consiguió mantener su imagen, como la de una de las Coronas preponderantes de Europa, aún a pesar de la decadente trayectoria política y económica. Así pues, gracias a la herencia de un legado de esplendor procedente del siglo anterior, fortalecido por la gran aceptación que seguía teniendo la moneda castellana a nivel internacional, se mantuvo como punto de referencia dentro de los mercados, con una moneda que aún continuaría siendo la base del comercio internacional y que cualquier modificación en ella, repercutiría en la práctica totalidad de los países europeos. 

Hemos visto que estas piezas solo se acuñaron durante los reinados de Felipe III (1578-1621), Felipe IV (1605-1665) y Carlos II (1661-1700). Pero al ser emisiones extraordinarias, no se acuñaron correlativamente todos los años, sólo excepcionalmente en las fechas que siguen: 1609, 1610, 1613, 1614, 1617, 1618, 1620, 1622, 1623, 1626, 1628, 1631, 1632, 1633, 1635, 1636, 1651, 1652, 1659 y 1682. Existe documentación relativa a la existencia de más emisiones en otras fechas, sin embargo su ausencia material, nos lleva a ser escépticos en el tema. 


Lote 1106. Subasta 131 (Hispanic Society). Rematado en 170.000€.

De las 20 emisiones diferentes que se conocen, la más conocida es, sin duda, la fechada en 1623, que está relacionada con la visita que el Príncipe de Gales realizó a Madrid ese mismo año. Sin embargo, dentro del mercado numismático, encontramos unas emisiones más comunes que otras, como las de 1620 o 1626 que, debido al mayor número de ejemplares conocidos resultan más habituales en las ventas, que por ejemplo el cincuentín de 1613 del que solo hay tres ejemplares conocidos, uno de los cuáles subastó esta casa en 2012 y que procedía de la colección Archer M. Huntington (Hispanic Society of America) o el acuñado por Carlos II en 1682 del que solo se conocen 2 ejemplares, uno en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y otro en una colección privada. 

Los cincuentines y los centenes han alcanzado, por méritos propios, el título de monedas estelares de la numismática española, siendo las piezas más eminentes de nuestro numario. En la próxima subasta 50 aniversario, que tendrá lugar el 14 de abril en el hotel Wellington, saldrán a la venta 3 ejemplares procedentes de colecciones privadas. Uno de ellos, fue subastado por la Lonja del Almidón en 1936.