Las cuentas Millefiori no llaman la atención solo por su indiscutible calidad y estilo como accesorios decorativos, sino también por ser un objeto premonetal en muchas sociedades de África, Asia y América. Suelen asociarse a Venecia, ya que fueron fabricadas en la isla de Murano de forma continuada desde la Baja Edad Media, pero el origen de la técnica Millefiori (literalmente, mil flores) se remonta a la Antigüedad. Esta técnica, basada en la superposición de capas de vidrio fundido de diferentes colores tratadas previamente en moldes de distintos patrones geométricos, tiene como resultado objetos hecho de pasta vítrea con formas geométricas concéntricas en su interior, caracterizadas por un llamativo colorido y una gran variedad de diseños.



Mauritania. Pre-Monedas. Pasta vítrea. A la venta en Jesús Vico.


La pujanza económica y comercial que experimentó Venecia a partir del siglo XIII favoreció la industria del cristal, que conoció un verdadero renacimiento tras varios siglos limitada al arte religioso. Los artesanos venecianos recuperaron las técnicas empleadas anteriormente por egipcios y romanos, que pronto se expandirían a otros puntos del continente (muy notablemente Centroeuropa) dada la cada vez mayor demanda que los productos de cristal comenzaba a tener dentro y fuera de Europa. Lo que seguramente no imaginaban estos artesanos eran las repercusiones sociales y económicas que objetos como las cuentas millefiori iban a tener en todos los rincones del mundo, muchos todavía desconocidos para ellos.

Mauritania. Pre-Monedas. Pasta vítrea. A la venta en Jesús Vico.


Antes de la invención de la moneda, el dinero mercancía era el único medio de pago del que disponían diferentes sociedades para realizar intercambios comerciales: caparazones de moluscos (cauríes), piedras, telas, cereales, trozos de metal…eran objetos que se caracterizaban por tener un valor intrínseco reconocido por las partes, una mayor o menor durabilidad y ser sencillos de transportar. Cuando los portugueses comenzaron a explorar las posibilidades comerciales en África y Asia en el siglo XV, no tardaron en darse cuenta del potencial que las cuentas de vidrio podían tener en estas latitudes. En África occidental, por ejemplo, las cuentas Millefiori demostraron ser objetos de mucha popularidad dada su escasez en la zona y su indiscutible atractivo. Los Ashanti, establecidos en el territorio que hoy ocupa Ghana y pueblo comerciante por excelencia, incorporaron las cuentas de cristal como símbolo de estatus y poder. Las cuentas eran intercambiadas por recursos muy demandados en Europa como oro, marfil o aceite de palma, y se usaron con fines comerciales nada menos que hasta la primera mitad del siglo XX.

Mauritania. Pre-Monedas. Pasta vítrea. A la venta en Jesús Vico.


No obstante, las cuentas Millefiori fueron también muy apreciadas por diferentes poblaciones de Norteamérica y el Caribe, y recientes hallazgos arqueológicos demuestran que llegaron nada menos que hasta Alaska, probablemente antes de la llegada de Colón al continente americano. Una muestra palpable de cómo, desde tiempo inmemorial, el comercio ha sido capaz de propiciar el encuentro entre pueblos y culturas muy dispares.


José Ramón Vicente Echagüe es el autor del blog Curiosidades Numismáticas